Mis lágrimas saben son de lluvia, son de tierra, huelen a nubes;
son frescas como el loto empapado.
Te aman. Te buscan.
Tu pecho permanece abierto con la roja ternura de un volcán.
Se contiene y se mece al ver llegar las negras estrellas de mis labios.
De pronto, tu ansia es una mariposa que ha quedado ciega por el sol...
Y ciegamente me besas bajo la tierra espesa de mi pelo;
y tus manos enceguecidas tocan las amapolas tintineantes de mis labios;
y tu piel ciega se mezcla a mi piel ciega en la dorada arena que viaja por el cosmos.
Y nuestros cuerpos ciegos y abrazados refulgen llameantes, sorprendidos como tulipanes de plata
llevados por el viento.
Maite Sánchez Romero (Madera y miel)
- Autor: Maite Sánchez Romero (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de diciembre de 2016 a las 12:37
- Categoría: Amor
- Lecturas: 89
- Usuarios favoritos de este poema: itxaso
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.