Me quedan las palabras, pero no puedo hablar,
en mi boca quedan mudas quietas, sin poderme expresar.
Cuantas cosas diría, cuantas cantaría.
Podría decir, que el mudo, canto, al tener
esta gracia, que solo le dio Dios.
Podría decir tantas cosas, pero… no quiero hablar.
Hoy día sé en múdese al ver tanta maldad.
Pero hay tantos hombres impíos que no dejan de hablar,
que tiene solución a tantos grandes problemas, que afligen a la humanidad,
y dicen, ¡qué nada pasa, ni pasara!
Que no existe corrupción, el dolor que producen los desahucios, no son.
Ellos tienen palabras para dar y guardar, que el hambre
no existe, en esta sociedad, el trabajo aumenta cada día más,
disminuyendo el paro, ¡qué todos comerán!
Soluciones que dan...
bótame, elígeme, prefiéreme, reelígeme, escógeme, seleccióname;
son ricos los seudónimos, ellos, ¡sí que lo son! Pero… nos hace callar;
pues vemos cada día que a estas palabras el viento,
se las llevan… y vuelta a empezar.
Gaviota Romero
- Autor: "Gaviota" Romero (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de diciembre de 2016 a las 15:27
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 22
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