Eterna roca dormida
prendida en mi viejo mechero,
ilumina de amor la travesía
de mi corazón viajero.
Obligada fue mi partida
hacia el inmundo vertedero,
esfumose la rebelde fantasía
con mi joven jardinero.
¡Qué rápido caí rendida
a los ojos oscuros del moreno!
¡Ay qué triste fue mi ida!
Atrapada en un velero,
en un bucle sin salida
naufragó mi corazón sincero.
Desesperada por la vuelta tardía,
recuerdo su fragancia de romero
y lloro lágrimas de valentía
pensando en él, mi jardinero,
soñando que no se olvida
de lo que lo amo y lo quiero.
- Autor: 14 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de diciembre de 2016 a las 20:22
- Categoría: Amor
- Lecturas: 66
- Usuarios favoritos de este poema: romo, el inspirado
Comentarios2
Hermosos tus versos; con dejo de tristeza; pero no dejan de ser hermosos.
Mis saludos 14
Muy hermosa ondulación musical de la idea en tus palabras.
Como un jugueteo de un recuerdo y un dulce afecto.
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