Detente ahí ni un paso más,
grita desesperadamente algo en mis entrañas
al ver que arriesgo el débil eco de mi ternura
y ella de su amor pasado llora pues el tiempo aún no la cura.
Raíces y grilletes celosas al suelo me aferran, inmóvil,
impidíendome verla, tocarla, sentirla.
Huracanes de angustia desean sus besos,
acechado por las calumnias que debilitan mis huesos.
Inmóvil e impotente no puedo hacer nada;
enraizada en su tristeza, sucumbe ante el brillo de mi mirada,
y rompiendo el celoso hechízo, se acerca y besa mi boca desesperada.
- Autor: Jorge Enrique Briceño (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de diciembre de 2016 a las 00:37
- Categoría: Amor
- Lecturas: 127
Comentarios2
Inmóvil e impotente no puedo hacer nada;
enraizada en su tristeza, sucumbe ante el brillo de mi mirada,
y rompiendo el celoso hechízo, se acerca y besa mi boca desesperada.
Inmóvil quedas ante sus besos imprevistos que rompen el celoso hechizo.
Un placer leerte.
Buenas noches.
Eli,
Gracias por tu apoyo, tu opinion me hace soñar.
Muy bueno Jorge
Un saludo
Raquel
Gracias por comentar, un abrazo.
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