En esta altura del diafragma, en la que tu
cabello se desliza como una
manzana rodante, el cuerpo de
cada uno de esos seres largos
y enjutos se entrelaza y me
deja en el destierro de mi mismo.
A esta altura del rascacielos las
pestañas del celeste se advierten
vacías y oxidadas de lamentos.
A esa altura tu voluntad no se puede
infectar, debe de mantenerse fresca y aromática.
A esta altura de la vida tu voluntad se esgrime entre mi
pulmon derecho, y recubre una
minuciosa parte del izquierdo.
!Oh pero que bonito ese canario
que te sale por la boca!,
es negro y débil pero en sus ojos
se ve de lejos lo que aclamas, se
ven tus cicatrices cubiertas de mármol
y esculpidas en el lienzo de aquel
lomo del silencio.
Se ve tu voluntad quebrantada
y dislocada
como errante ya con el amor
hecho humo pudriendose en tu memoria.
- Autor: Juan Pablo Mendoza Salazar ( Offline)
- Publicado: 8 de diciembre de 2016 a las 15:00
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 51
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