Tengo
El presentimiento
De que la calima que agosta
mis entrañas está a punto de confundir
lo que siento por ti, de hacerme pensar que el
verano no es la estación indicada para enamorarse, pero
el corazón está lejos de ser un dichoso naranjo que florece al ritmo
dictado por los meteoros que castigan sus verdes ramas.
El corazón golpea como un loco que es sometido
a camisa de fuerza injusta e impertinente.
Termino esta carta pidiéndote
disculpas por cruzarme en
tu camino
Comentarios1
Alberto... ¿y quién manda en el corazón, si no entiende de lógica, estaciones o motivos?
Bien lo reflejas en este poema.
Abrazo.
Gracias por tu comentario y por pasarte por este rinconcito.
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