"Una fatídica noche que nadie olvida"
Esta escena no es distinta, esta rutina,
estos pasos que doy al despertar no me advierten
de los males de la noche.
bebo un trago, entre risas y buenos momentos
la intensión de la noche se confunde.
¿cómo no pude sospecharlo?
estaba tan embriagada por la belleza
de aquella noche, que no podía ver lo que me esperaba.
me hallaba en un balcón de un piso 9,
recuerdo el frio, y como los minutos pasaban lento,
mi acompañante se aproximaba a mi cuello:
sus manos fuertes, y su boca con olor a licor
recorrian mi cuerpo.
Como un tango agresivo,
me obligaba a seguir sus paso,
danzando con fuerza, obligaba a mis piernas a seder...
su mano posada en mi boca cortaba el fuerte sonido de mi voz,
mis lagrimas corren por mi rostro, como estrellas fugaces en el cielo nocturno.
no tengo fuerzas, pero tengo la esperanza de huir.
¡NO! ¡NO QUIERO SEGUIR TUS PASOS!
¡no quiero danzar al compas de esta sinfonia
que me agrieta el alma y la piel.
liberame de tus brazos que me sofocan,
como una boa a su presa!.
de pronto la libertad se asoma:
un frio sacudio mi cuerpo,
las ventanas y los balcones se alejaban,
caia lento, como acariciando la brisa.
una oscuridad me aturdio de pronto y el silencio se apodero de la escena,
escucho un grito a lo lejos ¿mamá, eres tu?
No, es solo mi voz que se pierde, es solo mi llanto.
Ya no tengo voz, ya mis manos no necesitan su fuerza,
ya mis pies no danzan.
me han robado el alma, las alegrias y la viva imagen de la vida,
me ha quitado todo, bañado en su ego,
en su intento de ofender mi cuerpo.
no hay justicia, no hay paz,
solo queda marcharme, dejar la escena,
bajar del escenario y apagar la sinfonia bruta que me robo la vida.
- Autor: Saturnario (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de diciembre de 2016 a las 02:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 36
Comentarios1
Tremendo poema, muy íntimo.
Gracias, señor José
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