Era esa hora, en que al sol
le sobreviene el sueño,
el cielo se vuelve romántico
con su colorido anaranjado,
a esa hora vienes a mi mente,
pero no estás a mi lado
y me abraza esa necesidad
imperiosa de ti, de tu piel,
tu carne, el rose de tus labios,
tu pecho en el mío.
No puedo soportar tu ausencia,
me decido, tomo mí celular… y te llamo…
Hola cielo ¿Sabes que me gusta
cocinar… cierto?
Claro que si amor…
Bueno… te llamo para hacerte una invitación…
Te invito a comer y…el amor me queda riquísimo…
¿Te lo hago?...
Un par de segundos al otro lado, una carcajada,
¡Qué ingeniosa… me dice… te amo!... Voy en camino.
Unos minutos más tarde… escucho el timbre.
Shedar.
- Autor: Shedar (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de diciembre de 2016 a las 00:31
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 48
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén
Comentarios1
Precioso!
Esa receta nunca falla, es super eficaz.
Esos son los pequeños detalles que hacen el amor único, que rompen la rutina (enemigo número uno de los amantes) y da sabor, picardía a la relación.
Si esa fue la comida, mejor no pregunto cual fue el postre, pero seguro estoy que fue exquisito.
Un placer leerte
De mi parte un fuerte abrazo y que tengas un feliz fin de semana
Kavi
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