Querida dueña de mis alegrías y mis pensamientos de ocio.
No hay hora del día en que no deje de pensar en ti.
Si, por la noche yo pudiera darte alas y cruzarás al otro lado del espejo para verme
transparente, te darías cuenta que lucho por estar tranquilo cada vez que te me acercas, por la alegría que el verte me provoca.
¡Si, me alegra tanto!
Tu cara, ver tu cara, es el secreto de mi felicidad.
Tu cabello, bosque dueño de flores y aromas seductores, petricor de la tarde.
Tus manos suaves y cálidas como la temporada de verano.
¡Tus pies! Son parecidos a dos pequeñas y tiernas liebres asustadizas.
¡La belleza nace desde los pies!
A tu lado es una segunda infancia; mejor época de la vida, tu llevas en tú aire mi tiempo.
Eres una poesía que dejó en mí huella sempiterna, sentiré por ti amor sin fin.
- Autor: EL FILÍPOCHKE (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de diciembre de 2016 a las 18:11
- Categoría: Amor
- Lecturas: 46
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