La rama reseca por el sol
a la espera de la lluvia,
del rocío, para sentir nuevamente
el aire y el calor.
el viento no mueve sólo las hojas,
penetra en los sueños,
barre el polvillo
de ese amor que quedó,
aferrado como la hierba,
evitando que algo más crezca.
Florecen en las manos
con pétalos coloridos
las esperanzas,
quizás los pies ya estén perdidos
pero sigue habiendo vida,
resiliencia...
- Autor: sgy ( Offline)
- Publicado: 21 de diciembre de 2016 a las 01:57
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: El Silente Vagabundo
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