Se acerca entre tinieblas
igual que una serpiente encantadora
que llega a mi existencia,
oliendo como rosas;
tentando con promesas exitosas.
Me envuelve con sus gratos
acordes, invitándome al gran baile
de éxitos y aplausos
adulones, amables.
Los pasos que recorre, el petulante.
Mendigo de alabanzas,
de elogios, ovaciones y me-gustas
vanidosas y fatuas,
perdido en una busca
ridícula, ostentosa, triste y absurda.
No precisa fingir
la rosa, cuando muestra su belleza
ni esfuerzo al esparcir
sus fragancias etéreas.
No pide que la alaguen, ni espera que la huelan
y se siente feliz, a su manera.
Cecilio Navarro P. 23/12/2016
- Autor: Cecilio Navarro ( Offline)
- Publicado: 27 de diciembre de 2016 a las 17:00
- Comentario del autor sobre el poema: Comentario: La Vanidad no nace contigo, se hace. Un vicio silencioso y parásito, que se une al talento y convierte al envanecido en mendigo de alabanzas.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: Lolaila, LUIS.RO, pani, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios2
Me gusta..la rosa muestra su belleza y esparce su fragancia sin esperar que la alaguen, ni que la huelan. Simplemente es una rosa.
Los hombres somos vanidosos, por naturaleza, nada que ver con las rosas.
Un abrazote.
Gracias Azura. Feliz Navidad y abrazote grande para ti y los tuyos.
El contenido de tus liras esta de vicio, vamos preferente. Ademas de su ritmo y rima.
Es tan acertado, que es de llevar en el bolsillo para que no se olvide. Abrazo amigo
Gracias amigo Luis. Abrazote muy grande para ti y los tuyos. Felices Fiestas.
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