La miró a los ojos
con esa mirada que atraviesa los huesos
le quería decir tantas cosas
que estaba viviendo un sueño
que un día iba a despertar
y entender muchas cosas.
La quería rescatar de la ilusión
darle vida, avivar su flama
decirle que no había limites
que su corazón palpitaba
con la sabiduría eterna,
que no había nada oculto
que el universo fluía en sus venas.
Le podía regresar su divinidad perdida
la podía hacer diosa, eterna…
pero no,
era traicionar la esencia de lo humano
trastocar el proceso de las cosas.
Tendría que esperar,
que el velo callera por sí solo
que la escalada de eventos sucediera
y ese instante llegara por inercia
habría que esperar,
unos años, unas décadas, tal vez siglos…
Y mientras tanto,
le ofreció su pecho
para que descansara apacible entre sus brazos
no había prisas
la amaría sin miedo, sin atajos
porque sabía que ese instante llegaría
y miro la luna,
esa hermosa testigo de sus sueños
le ofreció su vida
a cambio de sus besos…
- Autor: Margarita Rodriguez Romero ( Offline)
- Publicado: 27 de diciembre de 2016 a las 05:00
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 54
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
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