Cristales sonoros como tu voz
trizan con su ausencia
las heridas abiertas
teñidas sobre mi alma pálida.
Silencioso el grito
si para verte cerca he de callarme,
pero duele con el dolor de cientos
de lágrimas tanta pena gris desconsolada.
Cuenta cada gota una por una
como yo cuento los segundos,
y aún así el tiempo se torna infinito,
y sabrás lo oscuro que se vuelve
un corazón marchito.
Me aventa cada instante de súplicas,
cada latir lluvioso
como lluviosos se vuelven mis ojos.
Ya desde lejos nunca supe sentir
el frío de tu recuerdo
porque el olvido me acecha para sanarme
y me obceco en yacer en lo que a veces
visto de lumbre en tu mirar.
Y el mirar me ciega
si entre traiciones pronuncio el perdón
y mis labios me tientan al beso
pero el temor me amordaza y caigo
rota en un abismo de culpa.
Tu alma helada como un perenne invierno,
derrite la mía aunque la razón
quiera negármelo,
y así, poco a poco,
mi cuerpo va acariciando el vacío
que lo viene llenando desde lejos.
Te me mueres de orgullo y necia,
sin comprender las palabras ni el porqué
pero conociendo siempre lo que esconden.
No es fácil caminar con una venda
en los ojos,
pero nadie dijo que no lo fuera
cuando el viento te tiende la mano
y solo tienes que dejarte,
volcando en él la verdadera realidad
de uno mismo.
Si escuchas de nuevo en el silencio
mi eco,
deja que mis suspiros te hablen,
pero tú, no digas nada,
solo guarda el verso en tu memoria.
- Autor: .Luz del alba. ( Offline)
- Publicado: 28 de diciembre de 2016 a las 12:02
- Categoría: Amor
- Lecturas: 56
- Usuarios favoritos de este poema: Lita_81, didisar, Viento de amor
Comentarios1
Tristeza y nostalgia en tus letras,
Saludos
Max
Gracias por pasar a leerme. Las palabras son tristes cuando la tristeza es el sentimiento que las escribe.
Saludos
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