La memoria se me perdió hace infinidad de albas.
Nací al inicio del Tiempo, el destino no me conoce
me deja olvidado en la vera de lo desconocido.
El corazón que tengo yo ya no es mío,
se fue hace algunos ayeres en los labios
de una dulce doncella de labios carmesí
que caminaba en el rumor del mar.
Cuando la noche se presenta acompañada de soles
volteo y encuentro infinitas sonrisas,
destellos que se parecen a la que se robó la mía.
Mis ojos me hablan en ocasiones, ya que no miran,
me abandonaron las pupilas cuando conocí aquella niña,
ojos infinitos observaron los míos, algo sublime,
una mujer que es difícil describir en un verso,
pero en lo eterno de su belleza arranco mi mirar.
Mi alma vieja añora aquel deseo jovial,
desea la caricia de los labios carmesí,
y la sonrisa que en mis ojos vi.
Fue un momento épico en la casualidad.
Fui pasado y lo viví hasta que la conocí,
en el presente estoy muriendo lento
por no ver su esencia cerca de mis sentimientos.
En el futuro seguiré anclado a ese recuerdo
o conoceré un alma noble que con su esperanza
creé en mí nuevas ganas de seguir viviendo.
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