Se marchó una madrugada
con sigilo y en silencio
sin que yo advirtiera nada.
Yo estaba en profundos sueños,
todavía no era el alba,
y cuando al fin desperté
advertí en la almohada
un sobre que iba a mi nombre
que al marcharse me dejara.
Sorprendido abrí el sobre
que en la almohada dejara:
la cartita del adiós
con la que me abandonaba.
Feliz, dijo, fue conmigo,
pero que ya no me amaba.
Conoció, decía, a otro
con quien al fin me engañara
y de quien en poco tiempo
de ese otro se enamorara.
Y así estoy, aquí y ahora
abandonado, hecho un paria,
por esa ingrata mujer
a la que amé con el alma.
Dame vino tabernero,
quiero emborracharme el alma
y ahogar en vino mi pena
hasta lograr olvidarla
31/12/2016
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Autor:
josecarlosbalague (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 2 de enero de 2017 a las 15:58
- Comentario del autor sobre el poema: Os mando otro tango triste, de un hombre abandonado, como no, por una ingrata mujer. Lo he agregado a mi producción argentina de mi poemario "VERSOS Y AVERSOS". Por supuesto que tampoco se corresponde con ninguna de mis vivencias. Ninguna mujer me ha abandonado nunca. Balagué.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: Maga11
Offline)
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