En él, silencio de la noche,
En mi memoria
Y un presentimiento,
Que acelera mi corazón
No quisiera sentir los gritos,
Del amor cuando la muerte
Lo quiera cavar de mi corazón,
Solo quiero estar con mis ojos,
Y mis oídos tan bien
Para escuchar la vos del amor,
Pidiendo clemencia
Por qué no quiere morir,
Sin conocer un corazón
Para poder subsistir,
En medio de caricias
Como en el mar de secretos,
De tu corazón como nuestro amor
Donde plante las ilusiones y las esperanzas,
No quiero y pienso que no será así
Que al escuchar tú los gritos de compasión,
Sera tu corazón que vendrá
Al rescate de este amor que arde en llamas,
De las llamas de la exterminación
De un corazón que ama con pasión,
No dejes que este amor
Se convierta en cenizas sin poder amar,
Solo con tu amor y la vertiente
Que nace de ti puedes apagar,
Las llamas devoradoras
Que desean terminar con el amor,
Las devoradoras llamas que el amor
Desean acabar con el amor de los corazones,
Que están dispuesto a amar.
Autor eco del alma
Derechos reservados
Antofagasta, 04, 01, 2017,
- Autor: Eco del alma (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de enero de 2017 a las 19:08
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 106
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., JADE FENIX
Comentarios4
Hermoso poema de amor has plasmado amigo poeta.
Abrazos de Inesita
Muchas gracias por tu visita y tan bien tu comentario mi cariñosa dama,
Un gran abrazo y un beso
Eco del alma
Hermoso estimado Eco.
Un llamado a su amada para que la llama del amor no se extinga.
Saludos fraternos!
Muchas gracias querida y respetada dama con su rostro ocultado, agradezco su visita y tan bien su comentario es un agrado para mi que estés presenté
Un gran beso y un gigante abrazo con mucha mistad y cariño
Eco del alma
Hermosas letras.
Un placer leerte amigo.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias amiga
Eco del alma
Que no falte el amor se deben apagar esas llamas devoradoras para que florezca . Saludos muy bonito
Muchas gracias estimado amigo, gracias por estar presente y del mismo modo agradezco el comentario, un gran abrazo y que dios lo bendiga a UD., y los suyos
Eco del alma
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