Si no estoy, es que me fui a visitar el otro mundo y como todo poeta estoy esperando la resurrección de mis versos en sus oídos.
Te busqué desde aquí, desde mi lecho inerte,
desde el lado inverso de este cruel reflejo
donde lo que se mira no es más que un espejo,
de sombras, espejismo, desolación y muerte.
Desde aquí te busco yo, desde este puerto
al que he arribado tras haber perdido
mi velero, ignorando, lo que nunca he sido,
y mi gran temor de estar mañana muerto.
Te escribo maltratado por tu recuerdo en vida
donde todo ha terminado y se ha desvanecido
cuando todo en la vida lo he perdido
De qué me sirve llorar, si tengo el alma herida
Sólo, e inmensamente abandonado
en este mi ingrato penal, desbastecido.
Para mí toda esperanza se ha fundido
y en este mar de lágrimas me he ahogado
Soy simple mortal, soy cualquiera
que no existe ni siquiera en el olvido,
incapaz de recordar mi vida entera,
y de nada sirve estar arrepentido
Sin lápiz y sin mis manos, hoy te escribo
sin estos ojos, que navegan con el llanto,
hundido en el silencio de este espanto
Con mi dolor, mi tristeza y tu olvido
- Autor: anzuna (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de enero de 2017 a las 15:30
- Comentario del autor sobre el poema: La vida son los ríos que van a dar a la mar, ahí donde los cuerpos son fríos y se acaba el caminar.
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 107
- Usuarios favoritos de este poema: Diego Nicolás García Contreras
Comentarios1
lleno de imágenes oscuras
es como un soliloquio desgarrador
Así es amigo; la muerte no es más que un barco sin regreso.
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