La ubícua emigrante filipina,
trabaja seis días a la semana,
ciento veinte euros mensuales gana,
por un trabajo de negros que ya es rutina.
El domingo lo festejan en una apartada plaza,
lejos de las casas lujosas donde sirven,
muy lejos también de su tierra donde malvíven,
y sueñan con emigrar como única baza.
Ese único día de recreo
están unidas pero solas
entre cartones que son provisional morada.
No las ve nunca de paseo
ni siquiera contemplando las olas
que las trajeron hasta aquí para vivir esclavizádas.
- Autor: argantonio ( Offline)
- Publicado: 7 de enero de 2017 a las 15:54
- Comentario del autor sobre el poema: Están los emigrantes repartidos por el mundo, hay países donde se les trata con respeto, pero hay otros países ricos gracias al petróleo donde carecen de derecho y son casi esclavos, estos seres humanos luchan no por un juego, luchan con denuedo por criar a sus hijos, por educarlos, para que el día de mañana no se vean obligado como sus padres a cambiar de tierra rompiendo crueles fronteras.
- Categoría: Sociopolítico
- Lecturas: 44
- Usuarios favoritos de este poema: El Silente Vagabundo
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