En el reencuentro unas velas,
en la mesa un cincél.
En silencio las esperas.
Esculpí los poros de su piel.
Tendida en la cama mullida,
alicatado el pelo
ríe a carcajadas de la vida,
esperándome con anhelo.
¡Estoy harta! me susurró,
de amores de cenicero.
Si buscaba en este burro,
un amor simple y sincero.
Yo le dije, me aterra la soledad,
me agarró fuerte sin dejarme de soltar,
en ese momento comprendí la realidad.
Que amores esperados no se deben comprar.
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Autor:
javi-topo-etico (
Offline)
- Publicado: 8 de enero de 2017 a las 00:52
- Comentario del autor sobre el poema: es un poema muy campechano, con el sentido de que nunca hay que esperar nada en la vida y cuando te llega, esa emoción que te puede transmitir no se puede pagar ni con todo el dinero del mundo
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 90
Comentarios1
Muy lindo
gracias =)
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