Hoy la musa que anhelaba
fue en busca del Dios Cupido,
ya cansado, ya sin alas
y en la aljaba un solo tiro.
Consagro su última flecha
y apunto sin desvaríos
a este corazón de piedra
que ahora fluye como el río.
Ese dios grecorromano
del amor y los suspiros,
no sé si ángel o demonio,
si es correcto, o es prohibido;
hoy de nuevo a fracasado,
no logro su cometido.
Me ha dejado sentimientos
que no son correspondidos.
¡Oh Pandora! tu que guardas
en tu caja el mal impío
¿Por qué liberas en mi alma
lo que debió quedarse contigo?
Ese don de la esperanza,
como arma de doble filo
que impulsa mis añoranzas
y prolonga mi castigo.
Esperanza en que sus ojos
me miren de otra manera,
como dos estrellas negras
que anhelan tocar mi tierra.
Esperanza de que un día
Cupido la fleche a ella
y por fin Sabiduría
quiera ser mi musa eterna.
Esperanza de que roce
sus labios de miel y seda,
que me eleven hasta el cielo,
que se enciendan mis tinieblas.
O esperanza de que muera
mi esperanza por tenerla.
Esperanza si no llegas,
no prolongues mi condena.
- Autor: El Mochuelo de Minerva (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de enero de 2017 a las 01:13
- Comentario del autor sobre el poema: A Sofia
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 103
- Usuarios favoritos de este poema: Melany Devia
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