Marlene Etienne, -a la que todos llamaban “Etienne”, era una típica chica universitaria de ciudad, alegre y con un sentido del humor bien colocado. Por supuesto, eso no la distraía de sus objetivos en la vida. Seré una doctora –pensaba- y luego seré otorrinolaringóloga.
Etienne despertó esa mañana, al escuchar la alarma de su celular (¡Tumba la casa mami, tumba la casa mami...que con esa cara tú puedes... que con ese booty tú puedes!)
Se levantó de un salto y fue directo al baño, sin imaginar siquiera, el día que tendría… un día inolvidable.
Viose en el espejo y sonrió. Lavó sus dientes y luego, ¡a bañarse! ¡El agua está rica! –pensó- mientras cantaba:
“Todo aquél que piense que la vida es desigual
tiene que saber que no es así
que la vida es una hermosura, hay que vivirla
todo aquel que piense que está solo y que está mal
tiene que saber que no es así
que en la vida no hay nadie solo, siempre hay alguien
Ay, no hay que llorar.
Que la vida es un carnaval y es más bello vivir cantando
Oh ,oh ,oh , ay no hay que llorar.
Que la vida es un carnaval y las penas se van cantando
Oh, oh, oh, ay no hay que llorar”
Al salir, se zambulló unos jeans, camiseta, zapatos deportivos y luego… ¡Un suculento desayuno adolescente! (que consistía en un poco de jugo de naranja y unas óreo).
Sonó el timbre de la puerta y con su mochila en mano, corrió presto para abrirla.
Era su compañera de clases y amiga inseparable.
-Etienne:- ¡Justo a tiempo Eleonora!
-Eleonora:- ¡Epaaaa! ¡Te veo alegreeeeeeeee!
-No sé. Siempre me levanto guapa, pero siento que hoy exageré. Jajajaja.
Ambas cursaban el segundo año de la Facultad de Medicina en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), alquilaban un apartamento en la Colonia Sogaib (bueno, ese era el nombre que tenía en los años 70´s y luego de la Revolución, no sé cómo se llama), así que caminaban unos cuantos cientos de metros antes de llegar a sus aulas.
Iban sobre la pista universitaria y para los que no conocen, les cuento que la pista está bordeada de árboles rompe viento muy altos. Nunca habían reparado en ellos, pero, como les dije al inicio, esa mañana, no sería como todas en la vida de Etienne.
Etienne: -¡Eleonora, escucha!
Eleonora: -¿Qué? ¿El ruido de los autos?
-¡Nooooo! Escucha como las hojas de los árboles se empujan unas a otras y parece que van cantando en un murmullo suave, casi musical… ¡mmmmm, mmmm!
-¡¿Estás drogada?! ¡¿La fumaste verde?! ¡Yo solo veo que se mueven por el viento que está haciendo!
-¿No te has puesto a pensar que el susurro del viento y el sonido que emiten las hojas de los árboles cuando se empujan unas detrás de las otras, es como un milagro?
-La verdad no. Eso es algo cotidiano, normal. Y un milagro es algo excepcional, algo así como… ¡Sobrenatural!
-Jajajajaja. (Carcajeaba, mientras señalaba con la mano): -¡Miráaaa! Jajajaja. Esos perros están teniendo sexo en plena calle y el otro perro les ladra, como reclamando.
-¡Qué te pasa! Eso es normal en los animales. ¡Ahora me sales con el cuento que deberían ir a un Motel! ¡O algo peor, que eso es un milagro!
-Mejor callo. Pero el perro ladra bonito.
Llegaron por fin al aula de clases, se acomodaron en sus respectivos asientos y casi inmediatamente Etienne, comenzó a conversar, no paraba de hablar y reír. Ella es bien alegre y todo, pero, hoy vino bien rara –pensó Eleonora-
Alguien entró al aula y dijo:
-¡Buenos días muchachos!
- ¡Buenos días profesora! –respondieron ellos
Era Isadora, la profesora de la clase de Anatomía. Llegó acompañada de un hombre de aspecto elegante: alto, con un peinado impecable y una barba bien cortada. Vestía camisa manga larga a rayas celestes horizontales, jean con un azulado intenso y unos zapatos color café que combinaban muy bien con la faja.
Isadora: - Les presento al Dr. Lizandro Ezequiel Mendoza, él es médico cirujano, con especialidad en otorrinolaringología y hoy les impartirá una cátedra sobre la anatomía del sistema auditivo.
Alumno: - ¡O sea, profe, vamos a estudiar las orejas! Jajajajaja –se rió toda la clase-
-¡Martín las tiene como las de Topo Gigio! –agregó otro
Isadora: - ¡Ya, ya, ya Muchachos! ¡Los dejo entonces, con el Dr. Mendoza!
Dr. Mendoza: - Como dijo el joven, estudiaremos las orejas. (Jijijijiji, se rió la clase como conteniéndose para no reírse estruendosamente)
-Las orejas son la parte exterior de nuestro sistema auditivo, el cual, físicamente asemeja a una concha de caracol….
El Dr. Mendoza continuó con su cátedra, explicaba y hacía preguntas de retroalimentación. Ese día, Etienne no se perdía ni los suspiros del Dr. Mendoza.
Luego de recibir todas las asignaturas, fueron al apartamento que alquilaba Etienne y se pusieron a escuchar música. (Escuchar música era lo que hacía feliz a Etienne cuando no estudiaba).
Cenaron algo ligero y se pusieron a estudiar sobre la cátedra del Dr. Mendoza.
Etienne preguntó: - Eleonora, ¿Qué te pareció la cátedra del Dr?
-Me pareció bonita (respondió un poco displicente)
-¡¿Bonita? ¿Sólo bonita?! Yo creo que fue más que eso. ¿No te hizo sentir que el hecho que podamos escuchar es de por sí “un milagro”?
-¡Vuelve la mula al trigo! ¿Qué te pasa hoy? Eso es algo normal, escuchar es algo normal, tenemos oídos para eso. Es como olfatear, o tocar, o hablar, o ver. Es uno de nuestros cinco sentidos. ¡Hoy has estado rematada amigaaaa!
Luego que terminaron de estudiar, Eleonora se despidió y marchó a su apartamento. Etienne se quedó pensando en lo bello que había sido ese día, el sonido de las copas de los árboles, el murmullo del viento, el ladrar de los perros, las carcajadas y conversaciones de sus amigos, la cátedra del Dr. Mendoza, incluso, las bocinas de los autos y una sirena de policía que se escuchaba a lo lejos. Sin duda, ¡Escuchar es un verdadero milagro! –pensó- y se fue a dormir.
Etienne sintió vibrar debajo de su almohada el teléfono. Era la alarma de su despertador. Se levantó de un salto y fue directo al baño, viose en el espejo y sonrió. Lavó sus dientes y luego, ¡a bañarse! ¡El agua está rica! –pensó-
Al salir, se zambulló unos jeans, camiseta, zapatos deportivos y luego, ¡Un suculento desayuno adolescente! (que consistía en un poco de jugo de naranja y unas óreo).
Se movió una campanilla de la puerta y con su mochila en mano, corrió presto para abrirla.
Era su compañera de clases y amiga inseparable.
¡Justo a tiempo Eleonora! (haciendo señales con las manos)
¡Epaaaa! ¡Te veo alegreeeeeeeee! (respondió haciendo señales también con las manos.
Etienne continuaba haciendo señas y decía en con sus manos: - “No sé. Siempre me levanto guapa, pero siento que hoy exageré. Jajajaja.”
-Fijate que anoche tuve un sueño muy lindo. Soñé que podíamos escuchar hasta el murmullo del viento, las copas de los árboles y la cátedra de un doctor que llegó a exponernos.
Luego de la conversación rápida, se fueron a la universidad.
Olvidaba decirles que Marlene Etienne y Eleonora, son sordas y estudian con lenguaje de señas. Esto me hace reflexionar en que jamás reparamos en el milagro que vivimos a diario las personas que podemos escuchar y que disponiendo de este sentido, no lo aprovechamos. Insistimos en hablar y no escuchamos, nos hemos vuelto insensibles.
Y que oír, ver, hablar, olfatear, tocar, es un milagro que vivimos a diario, pero que consideramos que es algo normal, solamente porque no parece sobrenatural, extraordinario.
Fin
Alma Erótica
José Luis Agurto Zepeda
Managua, Nicaragua
10 de enero 2017
- Autor: Alma Erótica de José Luis Agurto Zepeda (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de enero de 2017 a las 10:09
- Comentario del autor sobre el poema: Es un cuento, que a través de la figura de Etienne y su amiga Eleonora, nos enseña el maravilloso "Milagro" de la cotidianidad. Es un cuento que nos invita a reflexionar sobre nuestra ingratitud. Espero lo disfruten.
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: Poemas de Pepita Fernández, jade_azul, Alma Erótica José Luis Agurto Zepeda., María Cristy
Comentarios5
Un escritor , siempre debe dejar que sus alas timoneen su barco.Tu relato es ágil , mueve el interés del lector, el lenguaje es sencillo y no adolece de rebusques. Las imágenes pasan de manera atractiva y los diálogos son de una alegría contagiosa , cuando las chicas hablan. Un ambiente de jóvenes tan reales muestra la historia . El final es maravilloso, un escritor que deja al descubierto su FE, su amor a la vida que Dios provee. Es cierto, cuánto nos falta en el corazón de agradecimiento, de humildad , de ver más allá de los sentidos , de lo material. Debemos dejar que nuestra alma sea los ojos de nuestro cuerpo para no quedarnos en lo acomodado por el dinero, para disfrutar todo aquello que trasciende , como el mensaje del relato.
FELCITACIONES , POETA DE MI ALMA
Me olvidé de dejarte un beso y un abrazo , poeta querido
Muy agradecido por tu comentario con una crítica de lujo.
Se nota el trabajo realizado en el análisis del texto.
Un beso y un abrazo querida poeta y maestra.
Es muy Buena tu narrativa, que nos hace reflexionar la importancia de nuestros sentidos. un placer haberte leido. Abrazos.
Gracias Nelly, esa es el principal objetivo del cuento: Llevar a la reflexión.
Besos desde Nicaragua.
Un relato atractivo, indudablemente. Es muy certero que no todos se extasían frente a un cielo, o frente a despunte del sol. Pero aún quedamos , los que sí lo hacemos . Cada mañana demos gracias a Dios , es una entrega de fe.
MIS SALUDOS , gracias por tu invitación a la reflexión
Gracias por tu visita , Dante, me gustó verte acá
Un abrazo desde mi alma
Sé que los pintores de corazón y vocación, sí reparan en las cosas cotidianas y le dan el valor que se merecen.
Agradecido por tu comentario Alberto.
Abrazos.
Este relato me mantuvo el interés de principio a fin, escrito de forma amena, con muy buen manejo narrativo y como un buen cuento un final de sorpresa , que nos deja una bella enseñanza. Te felicito, un abrazo amigo
Gracias amigo - vecino.
Esos son los propósitos del cuento:
1.- Mantener un interés constante en la trama del cuento.
2.- Ser ameno
3.- Hacer un cierre inesperado
4. -y principalmente, dejar planteado un tema de reflexión.
Abrazos fraternos hermano, amigo, vecino.
Mis felcitaciones y deseos que escribas más y mas.
Me gustó el cuento y creo que miré mis pasos con otro agradecimiento más pleno
Un abrazo , amigo
Otro abrazo de mi parte para vos bella amiga María Cristina.
Me alegro que te guste este género.
Cuando cursaba los estudios de secundaria (en los primeros años especialmente), este era el género que más me atraía. Tuve la dicha de ser educado por sacerdotes españoles, que llevaban este género muy dentro de ellos y lo sabían transmitir. Además de un profesor de literatura Nicaragüense de lujo: Juan Aburto.
Gracias por tu comentario amiga del alma.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.