Y de tanto pensarte,
una lágrima brotó de mis ojos,
y al ver tus fotos,
no pude contener el llanto.
Viene cruel a mi, la añoranza de tu rostro,
de tus caricias viene el deseo,
y un insaciable anhelo de tus labios
unidos a los míos.
Pero entonces...
¿qué hago con tu retrato?
Quizá el fuego consuma tu imagen.
Pero, y
¿Qué hago con tu recuerdo?
Quizá si me muero, se muera conmigo.
Solo así dejarán de brotar lágrimas de mis ojos.
- Autor: Erika Mendoza (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de enero de 2017 a las 22:58
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 90
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