¿Quién tiene quejas del blanco de mi cielo?
¿de la desmesura de los brillos de mi estrella?
¿Quién no quiere el respiro de mis aguas,
de la cabellera de mis árboles, del júbilo de mis retoños?
Canta el espíritu de mi mundo infinito,
gira y gira el aire; sutil, imperecedero
a carcajadas encima del pecho de la Tierra.
El sueño está en mis manos;
cada trece, hasta la tarde el arcoíris me sonríe,
y un navío flotante me traslada hasta elíseos de miel;
donde todo huele a malvas, donde todo huele a ti.
“Comprendo que el silencio es mi alabanza”.
- Autor: Christian Jovani (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de enero de 2017 a las 15:53
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: Kalianali
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