Caen,
muertas de frío, las luciérnagas caen
apagadas, y tiesas.
Las miro fallecer dejando oscuridad
extinguiéndose, como el fuego en el vacío.
Los árboles las miran, entristecen.
Lágrimas resbalan por sus hojas
gota a gota las consume la tragedia
y ellas lo lamentan
dejándose caer en su auxilio.
Salvar…
Nada pueden hacer, nada puedo hacer.
La noche se parte, el cielo se abre
y la luna asoma a la melancolía.
Moscas
la noche se llena de moscas.
Suena su aleteo, me rodean
y mi cuerpo se comienza a agusanar.
Las hojas se agusanan, los árboles
la luna es un gran gusano
protegiéndose en la oscuridad.
Las palabras, la letras se agusanan.
Soy miles de gusanos devorando mi cuerpo,
veo a través de ellos, respiro a través de ellos.
La vida me comienza a reclamar.
Y entonces, lo entiendo todo…
Mi nombre era “Nas”
y un día cualquiera, decidí suicidarme.
- Autor: Nasdlo F. Real (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de enero de 2017 a las 16:45
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 100
- Usuarios favoritos de este poema: Diego Nicolás García Contreras
Comentarios1
muy bueno!
sentido al máximo!
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