Nada se salva
de las sombras: todo está escrito.
Mi palabra no es mía, vive
nutriéndose, manchándose
de ajena vanidad.
José Manuel Caballero Bonald
Cuando el dolor, o el ansia
o la dulce y amarga soledad
me impulsan a poner en blanco y negro
lo que por dentro me corroe en verso,
siempre me invade la sensación amarga
de que eso ya está escrito,
de que todo está escrito
y mis palabras no son mías, están prestadas
de otros que antes las sintieron
y escribieron, con rabia o con pasión, lo que yo siento ahora.
Siento que lo que escribo
se nutre de los versos que otros antes
construyeron con furia de la nada,
o con pasión a partir de las lágrimas
saboreando la soledad recién estrenada.
Mas otras veces siento
que mis palabras son evocaciones
de lo que en mí se ha ido acumulando,
los versos que he leído cualquier tarde de invierno,
los que me han susurrado al oído,
los que alguien ha cantado
Pero ahora son nuevos, se han nutrido
de palabras ajenas, es verdad,
como mi cuerpo se fabrica constantemente
de moléculas que antes fueron de un toro o de una rosa
pero ahora son míos.
Y míos son los versos que ahora escribo,
evocaciones de lo que otros han dicho,
como es mía la carne de mi cuerpo,
como míos son los besos, aunque antes fueran tuyos.
Pues mis besos son solo evocaciones
de aquel beso que nunca más me diste.
(del p0emario Evocaciones)
- Autor: TORQUEMADA ( Offline)
- Publicado: 21 de enero de 2017 a las 08:18
- Categoría: Amor
- Lecturas: 102
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.