I. Nunca hubiera pensado que estando tan lleno de ti, podría sentirme tan vacío.
II. La noche está muy tranquila; el cielo es transparente a las estrellas; hay una brisa dulce que llega de lejos… ¿Por qué debes faltar tú?
III. Al decirte “te amo” no repito palabras expresadas una y otra vez –por tantos- a través de las eras; sino que, en ese momento, nace en mí el mejor sentimiento que he experimentado, y solo le doy un nombre conocido.
IV. Quizás el tiempo sea el mejor analgésico para el dolor de amar; no obstante, aunque pasen todos los tiempos y el tiempo, tú jamás dejarás de dolerme.
V. Si supiera que la muerte es el final de todo y no solo una estación; y, que en ese estado permanente se olvidan tristezas y amores; hoy, que me siento tan triste por tu ausencia, no renunciaría a la vida, porque la vida: dura, dolorosa, insoportable sin ti, siempre tiene un día nuevo y siempre espero verte en ese día.
VI. Por tu belleza fui capaz de enfrentarme al destino; por tu alma, creo que podría doblegarlo.
VII. Nada trae tanta luz y sentido y esperanza a mi vida como una simple palabra… sonora o muda, pero expresada por ti.
VIII. Nunca me había considerado como un ser completo... hasta que me dijiste “te amo”.
IX. No existe un dolor lo suficientemente insoportable como para pensar que sea mayor que aquel de no saber de ti.
X. No saber de ti le da un organismo a la agonía.
XI. Tu ausencia puede provocarme el más grave dolor, pero jamás me hará enloquecer, porque la primera vez que te vi enloquecí de amor en el acto.
XII. Te amo…. Y sé que es amor… no por esta pena, no por esta angustia; sino, porque aun cuando no estás, no dejo de hablar contigo.
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