Por que supe que ahí
te encontrabas como siempre
con las manos acariciando
el libro de la vida
página tras página
lectura divina
que dan tus ojos.
Entendí que tus tiempos
no eran los mismos que los míos
y comprendí dejar de lado
aquellas preguntas
que mi lengua sedienta se encontraba.
Hoy solo basta
agachar la cabeza
para creer
que el tiempo
oro del reloj
nos regala lentamente
una nueva mirada.
- Autor: Urquiza ( Offline)
- Publicado: 29 de enero de 2017 a las 21:01
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 19
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