En mi café quiero una cucharada de tus labios.

¿Quien ese ese del retrato que miro en el espejo?

Los dias van pasando y en mi rostro está la factura de cobro.

Cuanto temor siento cuando pienso en que te vas,

los husos y la carne tiembla como si viviera en el polo norte.

Mientras yo trato de parecer fuerte y hacerte reir 

me carcome la ansiedad y el miedo de verte partir.

Sé que tienes a alguien más pero yo soy un peregrino que no puede olvidar la ciudad de origen.

Tú eres mi ciudad y en ti quiero refugiarme de nuevo, lastima que en tu corazón habita otra persona.

a veces pienso en mi como un bebé y mi mayor pataleta es no estar contigo