La quietud del ser,
de lo ya sabido;
una mente libre de cadenas
que te esclavizan, y un alma
en paz, libre de heridas y rencores,
está; la sincera amistad,
amistad de papá y mamá,
amistad de hermanos,
y la amistad del amigo,
ora en presencia,
ora en la distancia,
ora en ausencia,
ora sabes incondicionalmente,
que no te olvidan, ora sabes que no te dejan.
Son dos almas que convergen
como dos ramales provenientes
de aquellas montañas donde se
lleva apacentar un gran rebaño de ovejas;
blancas como la nieve, esa nieve que
se deshiela y de ahí serpenteante,
bajan, finas culebrillas de agua
límpidas y diáfanas, uniéndose
en un riachuelo y cargando
quien sabe alforjas con piedras,
que juntos arrojan al mar.
- Autor: José Antonio Vilela Medina ( Offline)
- Publicado: 1 de febrero de 2017 a las 09:28
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 17
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