Tiempo al límite, pero feliz de poder compartirlo
Era un día normal en la escuela que se encontraba en la mitad de la aldea, ubicada a su vez en la mitad del bosque de un lejano país de maravillas.
En esta pequeña mágica aldea vivían muchos insectos. Eran todos amigos con excepción de las avispas. Y es que las avispas, mis amigos lectores, suelen ser muy abusivas. Gustan de maltratar a los mas pequeños y de robar la comida de otros. Pero de esto no trata la historia.
Este pequeño cuento se inició en la escuela, donde los niños insectos aprendían a leer y escribir y todas las demás cosas que debería de saber un insecto adulto. La maestra Juana, la araña, estaba haciendo una pequeña encuesta. Y es que se acercaba la primavera y era costumbre en la aldea celebrar este acontecimiento de singular manera.
Ya antes habían hecho ferias, competencias y concursos de cantos, también concursos de potajes y muchas veces hubieron juegos florales, donde se declamaba mucha bella poesía.
— Hagamos un concurso de dulces. Dijo Alejandra la pequeña abeja.
— Mejor que sea un concurso de saltos. Dijo Fernando el saltamontes.
— Y si en ésta ocasión hacemos un concurso de fuerza? Dijo Pedro el escarabajo con firmeza.
— Mejor repitamos el concurso de música y canto. Dijo Enrique el grillo violinista con displicencia. Y es que ya había ganado varios de estos concursos (realmente todos) y mostraba sus trofeos ganados muy ufano.
— Propongo un concurso de baile! A viva voz dijo Ira, la pequeña hormiga que hubo de subirse a su silla. Ya hemos tenido muchos concursos de todo tipo, pero nunca hemos bailado entre amigos...
Aplaudieron todos de pie esta gran propuesta. Y el mas entusiasta de todos era Eric, el ciempiés, que aplaudía muy feliz y contento. Y es que deben saber nuestros lectores, que Eric estaba enamorado de Ira en secreto. Soñaba con aquel mágico momento, donde tomados de las manos bailaran bajo la luz de la luna y las estrellas, y donde pudiese confesar a Ira sus sentimientos. Eran buenos amigos Ira y Eric. Pero el pequeño ciempiés quería ser mas que eso ya por mucho tiempo.
— No se diga mas —dijo Juana la araña, la seria maestra— haremos un concurso de baile y luego una gran fiesta. Así recibiremos felices bailando a la hermosa Primavera que ya se está acercando. Todos aplaudieron y de felicidad mil hurras vitorearon. Alegres se fueron a casa, a preparase para la genial fiesta.
Desempolvaron vestidos y trajes, sombreros y zapatos, corbatas y guantes, chalecos y pañuelos.
Eric entusiasmado lustraba sus cien zapatos. Estaban un poco viejos y gastados, pero usando pasta les sacaría mucho brillo. También tenía una corbatita michi y un sombrero de Copa para completar su atuendo. Estaba tan ocupado lustrando Eric todos sus zapatos, y hacia con tanto empeño este difícil y largo trabajo, que quedó muy agotado por no haber poder dormido, ya que toda la noche se ha desvelado, lustrando con pasta y sacando brillo a sus cien zapatos. Y es que deben recordar queridos amigos lectores, que los ciempiés tienen cien pies y solamente dos manos. Así que se quedó dormido, nuestro buen amigo Eric el ciempiés en su cama. Se levantó muy tarde el día domingo, cuando ya toda la gente almorzaba.
— La fiesta es hoy en la tarde! Todos comentaban contentos.
— Preparaste tus zapatos rojos? Se preguntaban unos a otros.
— Cómo es eso de zapatos rojos? Preguntó Eric intrigado.
— Dieron el aviso en la mañana, que todos deben usar zapatos rojos para esta fiesta de primavera, para alegrar la temporada.
Eric quedó perplejo. Sus zapatos eran negros. Brillantes y relucientes, parecían zapatos nuevos. Vio con gran asombro que todos tenían zapatos rojos, padres hermanos tías y tíos, y hasta rojos eran los zapatos del abuelo.
— Mis zapatos no son rojos, son negros. Y ahora que hago?
Con tristeza y a punto del llanto preguntó Eric. Pero su papá dijo en el acto:
— No te preocupes hijo mío, iremos a la tienda de zapatos de Margarita la mariquita y te compraremos los cien zapatos necesarios. Vamos ya que no tenemos mucho tiempo.
Y así con toda la familia en pleno, llegaron a la tienda de Margarita casi corriendo. Sudando y jadeando, casi sin nada de aliento. Margarita estaba cerrando, había tenido un día ajetreado, casi toda la aldea la había visitado y mil pares de zapatos había despachado.
— No cierre por favor señorita —dijo a las justas el papá de Eric— necesitamos unos cuantos pares de zapatos rojos para mi hijo.
— Zapatos rojos? Ya no me quedan de ese color. Se los llevaron todos.
— Todos? Replicó Eric compungido.
— Si señor, se los llevaron todos y ahora, con permisito, debo cerrar porque hoy fue un día muy ajetreado. Hasta luego.
Y sin decir más, Margarita la mariquita cerró con estruendo las puertas de su tienda. Y colgó feliz el letrero de «cerrado» y se fue cantando.
Con mucha tristeza regresaba Eric con toda su familia a la casa. El pobre iba llorando, gimiendo y suspirando. No había consuelo para el pobre Eric, sin zapatos rojos no podría asistir a la fiesta.
— Hola Eric, por qué tan triste? Era Ira la hormiga que, de la mano de su mamá, regresaba de la peluquería.
— Hola Ira, buenas tardes señora. No podré ir hoy a la fiesta...
— Por que? Preguntó con asombro Ira.
— Es que no tengo zapatos rojos... Y se puso a llorar Eric sin poder contener su tristeza.
— Tranquilo Eric, se nos ocurrirá algo. Dijo Alejandra la abeja, que también regresaba con su mamá de la peluquería.
— No hay nada que hacer, no podré ir a la fiesta. Mis zapatos son negros y entrar con ellos no me permitirían...
Y así estaban todos muy tristes y apenados, pensando como poder ayudar al pobre muchacho. Hasta que Ira de un momento a otro dijo en voz alta:
— Quizá podrían fabricarle los zapatos, en la gran fabrica de las hormigas. Papá allí es el jefe, le pediré que lo haga de inmediato!
Emocionada estaba Ira y sonreía y reía. Pero su mamá le dijo muy bajito al oído, como para que solamente ella le escuche:
— Hay un pequeño problema hijita. Es cierto que pueden hacer los zapatos en la fábrica y muy rápido, y también que todos los obreros estarán dispuestos a colaborar con esto, pero... Se agotan rápido y necesitan mucho alimento. Y lamentablemente hay poca comida en la fabrica en estos momentos...
Estaba Ira algo compungida, y con tristeza abrazaba al amigo. En eso Alejandra la abeja le dijo pensativa:
— Y no podrían comer miel las hormigas?
— Claro que si —dijo la mamá de Ira relamiéndose— No hay mejor manjar predilecto que la miel de abejas para cualquier insecto...
— Mamá, podrías? Dijo Alejandra a su mamá haciendo un puchero. La mamá abeja sonriendo, hizo un afirmativo y real gesto. Deben saber nuestros amigos, que ella era la reina madre de la colmena, y que habían tenido una muy buena producción en esta temporada.
Un gran abrazo todos se dieron. Agradecieron a las abejas y a las hormigas por el enorme gesto de ayuda.
Eric tuvo sus cien zapatos rojos a tiempo, y pudo asistir al baile con sus amigos y disfrutar de una tarde de baile, diversión y alegría. Obviamente fueron pareja de baile con Ira la hormiga. Participaron en el concurso, pero no llegaron ni a la segunda etapa. Igual todos disfrutaron del genial zapateo de Eric. Y a todos les divirtió la fiesta plenamente.
FIN.
Nota: Eric no le dijo nada a Ira de sus sentimientos. Eso sucedió mucho después, pero ese es ya otro cuento...
- Autor: Max (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de febrero de 2017 a las 13:27
- Comentario del autor sobre el poema: Los fines de semana nos dedicamos a crear cuentos en casa... Quise compartir uno de ellos. Un pequeño mensaje en él: a veces nuestras diferencias hacen que podamos lograr mejores cosas, y por su puesto, la unión hace la fuerza. Feliz fin de semana.
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 118
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén, Anitaconejita, itxaso, Gisela Guillén, Beatriz Blanca, Alexandra L, nelly h, María C., Hugo Emilio Ocanto
Comentarios10
Genial.
Precioso cuento de solidaridad e igualdad. La diferencia enriquece.
Sentí la tristeza y angustia del pobre Eric, pero al final todo se soluciona gracias a esa solidaridad.
Menuda fiesta montaron 😊
Pues aquí sentadito espero lo que sucederá entre Eric e Ira. La declaración de amor y ¿por qué no? la gran boda.
Un abomita iniciativa que tienes en tu casa. Excelente para desarrollar la imaginación y fortalecer los lazos familiares.
Un placer leerte
Boda?! Vaya, la cosa se puso seria entre Eric el ciempies e Ira la hormiga. Veremos que les depara el futuro a tan singular pareja... Ja ja ja.
Me alegra que hayas gustado de este pequeño relato estimado amigo.
Espero poder seguir compartiendo los cuentos que se nos ocurren en familia.
Que tengas un genial fin de semana
Abrazos
Max
Hola Max me sorprendes eres muy bueno en todo lo que escribes, tienes mucha imaginación y talento, tu mensaje inspirador de empatía, amistad y unión.
Gracias por compartir, este domingo lo haces más grato.
Abrazos
Gracias amiga. Me halagan tus comentarios, pero los meritos en este cuento no son solo mios. Lo que si he hecho es tratar de plasmarlo en letras, pues lo que hacemos es solamente inventarlos y relatarlos.
Me alegra que haya sido de tu agrado
Que tengas una excelente semana
Abrazos
Max
😚
Bonito cuento y con moraleja!!!
Que bueno que hayas gustado de este pequeño relato.
Abrazos
Max
Max,que bella historia de amistad y compañerismo. Los cuentos me encantan y los disfruto como una pequeña colegiala.
Tu historia es un mensaje de esperanza, gracias por compartirlo.
Un abrazo.
A mi me encantan los cuentos que llevan amor y ternura dentro. Y es que sigo siendo un niño en el alma. Yme agrada sobremanera el poder compartir estas pequeñas historias, producto de la imaginacion del momento.
Gracias por tus palabras.
Que tengas un excelente dia
Abrazos
Max
Bello relato Max, con un gran mensaje. Placer leerte.
Una feliz tarde, Alex.
Gracias amiga. Me alegra que hayas gustado de mi pequeño cuento.
Que tengas un excelente dia
Abrazos
Max
Excelente capacidad como cuentista, me gustó mucho este aleccionador cuento. Te felicito a ti y al equipo que lo realizó. Saludos amigo
Y el equipo en pleno agradece las felicitaciones amigo Fabio. Pero mas que eso, es muy grato y halagador saber que hayas disfrutado de este pequeño relato.
Que tengas un excelente dia
Abrazos
Max
Precioso ! Mac eres genial en todo lo que escribes !
Un abrazo
Gracias Nelly. Me agrada que asi lo consideres y que tengas tan buen concepto de mi humilde pluma.
Gracias por tu presencia y tus letras
Abrazos
Max
Es verdad hagas lo que hagas lo dejas bordado, que me encanta
Un cuento precioso con mensaje.
Un abrazo inmenso
Gracias amiga. Es muy gratificante saber que has gustado de mis letras. Y tus comentarios tan halagadores me inspiran a seguir escribiendo.
Que tengas un excelente dia
Abrazos
Max
Max:
Bonito mensaje en este cuento.
Placer de lectura.
Un abrazo.
Gracias amigo. Me alegra que hayas gustado de mi pequeño relato.
Que tengas un excelente día
Abrazos
Max
Excelente cuento has plasmado, Max.
Gran placer leer, poeta.
Mi saludo.
Hugo Emilio.
Gracias estimado amigo.
Me alegra que hayan sido de tu agrado mis letras.
Que tengas un excelente día
Abrazos
Max
Abrazos, Max.
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