nada es pequeñez
si soportamos
el paso de la ciudad atestiguada
donde siempre nos aferrábamos
a una bota de goma
a una sombra palpitada
empañándonos hasta el cuello
ese detalle de vapor sumiso
y nos sentimos incapaces de rebanar el agua
hacia sus vertientes de lluvia apagada
hacia sus flácidos hornos
es dejar que los pasos abriguen sus temores
que confundan a una fiera
mínima con lo que somos
un reluctante signo entre la frente
y nada sentimos si soportamos
el ruido espantoso
donde acogemos
a alguien moribundo e insensato
y sentimos otra partitura
de recelo entre los muslos
de gritar las mismas persecuciones
los fantasmas circulares
el bastón sosegado
la hogaza del pan
el rotundo naufragio
mientras las vestiduras se descosían
en la fina rotura de la inocencia
y nada nos deparaba
el sol exangüe que nos lamía las esquirlas
de vidas ocultas y extintas
de cuando éramos niños inaudibles
bajo nuestras posturas de arañas desfasadas
donde siempre nos acogíamos
a un animal huidizo
y nos sentíamos humillados
de vivir en la cima
casi en su totalidad encubierta.
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Autor:
Heiner Valdivia (
Offline)
- Publicado: 6 de febrero de 2017 a las 08:08
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 29
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