A mí me formaron de musgo y greda
Y frotaron mis caderas con poleo y menta.
A mí me sembraron entre malezas y correhuelas
Y florecí en el chilco, en el trébol y en las piedras…
Tengo un poco de sal, de coirón, de pimpinelas…
Me esculpieron en el roble, en el laurel, en el canelo.
En los junquillos y en el yuyo he dejado mi estela.
También tuve alguna vez la forma de un copihue
Y sudé como él, sangre en primavera.
Llevo recuerdos de amores dulces y amargos
Pero mis llantos quedaron adormecidos en los charcos.
Mi sonrisa florece en cada margarita
Aunque cargo memorias de mi gente de antaño
Y de su sangre derramada por la lanza del extraño.
Asida a mi tierra estoy como el coirón de las laderas
Porque mi piel tiene el color de la greda.
Lo que una vez diseminé en el barro
Hoy sigo sembrando en plazas y calles
De mi pueblo reposado en que me amparo.
La sangre del copihue aún fluye por mis venas
Y yo aprendí a vivir con el invasor en mi tierra.
- Autor: Gloria Lepilaf (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de febrero de 2017 a las 10:07
- Comentario del autor sobre el poema: Este poema es como mi carta de presentación, por ser de un estilo descriptivo.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: Diego Nicolás García Contreras, LUIS ADONAY VENEGAS LEYTON
Comentarios2
Gloria esta prosa está llena de poesía y me encanta la descripción que haces y el mensaje que dejas. Te felicito. Saludos
Tambien lo asimilé así como lo escribes
Es un perfil lleno de aromas y raices
Lleno de elmntos atractivos
Te felicito
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.