Solo una vez fui al desierto,
y llovió a mares,
fue un quitapesares,
y un sinfín de pájaros trajo el viento.
Había un Saharahui que tenía un huerto,
y en el humilde huerto había un par de naranjos,
frutas doradas en la arena, eran milagros,
y es que en el Sahara, todo no está muerto.
Aquel hombre hizo un pozo,
tan profundo como pudo,
y encontró el agua ansiada.
!Que alegría, que gozo!
yo de los milagros dudo,
pero la fe en si mismo fue recompensada.
- Autor: argantonio ( Offline)
- Publicado: 7 de febrero de 2017 a las 16:15
- Comentario del autor sobre el poema: Yo nunca había estado en el desierto, pero créanme allí se produjo el milagro, hacía años que no llovía, y los pájaros volaban felices por las calles del pueblo, el hombre del desierto había creado el milagro con la fe en si mismo y con su esfuerzo había creado un pequeño paraíso verde en un mar de arena.
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 140
- Usuarios favoritos de este poema: Diego Nicolás García Contreras
Comentarios1
Conozco el desierto,
allí llueve una vez al año
y brotan praderas de flores
es loco que la tierra posea esos espacios
y que incluso en la aridez con un poco de agua se produzca la vida
saludos
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