Porque el destino, nos marcó el camino,
Eras la niña, que yo conocí,
Después de tanto, ya estar por aquí,
Rondaste de repente, mi destino.
Olvidarte no puedo, estás en mí.
Rosas a IMELDA, le regalé un día,
Un día de los, que no olvidaré,
Iba de clase, y fue que la encontré,
Zapatos rosas, tan bellos lucía.
Loco y mirando, su espléndida imagen,
Ojos tan negros, de una niña hermosa,
Pronto en su pecho, coloque una rosa,
Era graciosa, bella y deslumbrante,
Zigzagueando voy, al recordarle.
- Autor: Pedro Ruiz Lopez ( Offline)
- Publicado: 8 de febrero de 2017 a las 12:35
- Comentario del autor sobre el poema: En este poema recuerdo a una compañera de la primaria en un pueblo rural que estimé mucho, inclusive en esta poesía coloco un acróstico con mu nombre y recalco su nombre con mayúsculas, estos para mi son bellos recuerdos.
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 91
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