Alumbrado, nazco al portentoso orbe.
Cálida leche; me arropan y mecen
brazos de mujer, dulzuras maternales.
En tierno derrotero, mi infancia florece.
Rosales y geranios atestiguan un albor;
presencian el candor de un mozo, adolescente;
que escribe sin ton ni son
sonetos de amor renuente.
¿Cómo volver a ese ayer?
¿a esos días de inocencia?
La inocencia de esa piel
que fuí junto a aquél rosal,
antes que la vida, pasase fugaz.
- Autor: Milo T ( Offline)
- Publicado: 9 de febrero de 2017 a las 17:35
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 97
- Usuarios favoritos de este poema: soki, Alberto Escobar
Comentarios3
Hermoso amigo Ramiro, gracias por compartir.
Abrazos, Soki
Muchísimas gracias, amiga Soki. Besos.
Sugerente. Encierra la intensidad de la emoción contenida en un botón de rosa. Felicidades. Saludos.
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