Caminaba a tientas por el mundo
un poco libre, algo de trabajo, algo vagando,
un poco triste en medidas cicatrices
y me topé contigo para ser "solo amigos";
me dibujaste sierras,
viajamos juntos nubes en los paisajes,
soles que encantaron.
Tenías el perfume mezclado a tu Córdoba
poleo y burrito en los mates
y cansancio, en tus inmensos ojos
olvidados.
Y toqué, casi sin querer, tus cabellos
de fina arena quemando...
Caminamos cactus,espinillos, piedras, quebrachos y algarrobo,
tomamos cafés en Río Tercero,
barro y arena de los bados.
Aramos nuestros cuerpos con tu
árabe piel de terciopelo
y reimos con tus frases cantadas
que me encantan...
Paso el tiempo y cambiamos de lugar:
Atracamos el bote en una Isla Dorada
de verdes ocasos, marrones aguas, perdidas ausencias, de sudestadas separando
nuestros destinos.
Muchas mañanas tomados de la mano
recorrieron, finos y barrosos senderos
enlazados entre frescas sombras isleñas,
nuestros cuerpos extasiados.
Muchas mañanas le robamos zarzamoras
a la naturaleza prodigiosa del lugar una
y otra vez.
Mi hogar fueron tus brazos
suspendidos en mis árboles,
Tu hogar fue mi barrosa tierra
llevada en tus viajes, tus hijos creciendo y
así, sin querer ni destino ni raíces
abrace tu cintura a Bs As.
Mi universo de pampa se colmó de delta en
tus manos de pescadora nocturna, cálidos
pechos manchados de zarzamoras.
Y así fuiste mi espina, mi guía, la dulzura,
los aromas
y dejé el verso olvidado:
una mañana tejíamos caña y anzuelo,
cuerpo y hojarascas;
otro día bogas en los ojos y por las noches vestía tu cuerpo de escamas en las carpas
caricias en tu piel de pez en la cama...
encuentros casi olvidados .
Un tarde en el muelle nuestro río
bautizo con sus turbias aguas a
nuestro niño Azul prometiendo
enorme cuidado
y cumplió.
Ni que decir luego de las tormentas de fuego
que no quisimos, de ciertos días de furia
sin querer del almanaque.
Ahora inexorablemente estás plantada
entre los arbustos floridos de nuestro parque...
tu piel esta hecha del rocío justo de la mañana
tu cintura tiene la curva en la tierra labrada
tus besos el mejor remedio
para mi antigua sed de sales.
A veces desde tu fría postura de escultura
enojada te perfilas...
quiero que no te olvides
que sos y fuiste por mi
muy amada.
No me engañas cuando te me pierdes
lejana...
se que estás cerca por las noches
y de lejos en el día me piensas.
Disculpa si en mi sueño creí que un hogar
se construía con madreselvas, calas,
muchas aguas, cañas, pétalos en las ramas...
no entendí de ladrillos mientras ardía.
Capaz que me creí todavía solo.
Yo no te pediría mas que nos acompañemos
a soñar nuevas estaciones
para brindarte de destino
un pasaje al corazón
como ofrenda.
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