Mientras despertaba en la mañana,
lloraba el cielo el agua.
Ella no mojaba y me abrazaba,
ya había llegado el alba.
Agua del cielo,
cae, me estremece el alma.
Agua del cielo,
cae, cae la lluvia blanca.
Mientras yo bailaba fuertes melodías,
derramaba un ciprés su savia.
Y un fulgor de luces policromas,
saludaban a esta especie rancia.
Agua del cielo,
ven, bendice al fin mi alma.
Agua del cielo,
germina mi corazón de calma.
- Autor: Milo T ( Offline)
- Publicado: 11 de febrero de 2017 a las 16:46
- Comentario del autor sobre el poema: Dos años atrás, una inundación afectó mi hogar y la tranquilidad familiar. Al presente, no han cesado las secuelas de aquél infortunio. En la inteligencia de que un poema puede conjurar nuestros pesares, me senté a escribir las líneas que aquí publico. El ciprés sigue allí, erguido en mi jardín; y las luces policromas aluden a un arco iris que oportunamente pude observar como augurio de un postrero estado de paz espiritual.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 287
- Usuarios favoritos de este poema: Kalianali, Marellia
Comentarios1
De un duro y difícil momento surge la belleza de estas imágenes hechas poesías. Un abrazo Tabossi
Agradezco muchísimo tu comentario, amiga Marellia. Parece que es así, parafraseando a Gustavo A. Bécquer, mientras exista un corazón sufriente, habrá poesía. Besos.
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