Fui por el mismo sendero que iba el poeta,
cuando yo hacia allá... me marchaba
y él viniendo aquende, misterioso.
En el camino, al adiós nos cruzamos poemas
(sendos poemas nos dijimos los dos)
a mí me prendió, el versado por él;
él al escuchar el mío se lo guardó.
En el mío yo vertía la vida
confundida en triste hojarasca;
el de él -tan sosegadas sus letras-
que al yo leerlo..., mi vida volvió
y hoy en tintero bendito se enfrasca
cual ungüento que alivia mi herida.
..../....
- Autor: Inexistente ( Offline)
- Publicado: 13 de febrero de 2017 a las 01:50
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 84
- Usuarios favoritos de este poema: Estanislao Jano, Evandro Valladares, Anitaconejita
Comentarios2
Superlativo!
Gracias estimado poeta.
A la altura mi amigo. Placer leerte. Felicidades.
Mi Gratitud por su comentario. Saludos.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.