Renazco en el azul manoseado
de la brisa a sí misma reconocida.
No me sirve el temor,
yo voy por tempestades destructoras.
La cúspide que alcanza mi lengua
anida el encendido verbo de mi caballero.
.
Camelia que se yergue entre nomeolvides,
cual faro rodeado de espuma
se adhiere a mis pupilas
y termina en mis manos,
contritas, tan vacías.
.
Interrumpo el vuelo de la mariposa
para condenarla a mis secretos,
recupero el polvo y las nervaduras
en sus alas, las coloco en mis dedos.
Arrullo su lamento, lo vuelvo canción
la dejo mirar hacia el norte,
hacia el cielo plateado
y soplo.
Perpleja,
veo que no huye apresurada,
hace volutas, me obsequia
el infinito anegado de sonrisas.
.
Retiro el candado de las huestes
en mi seno intrínseco
donde la vida se retrae,
se niega a ser vivida,
donde todo y nada es tan profundo
que no conoce superficies
ni sujetos alienados
que la acaricien.
.
Y nuevamente
soy,
renazco...
.
♠
~Rosario Vercelli Scharff~
- Autor: Rosario (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de febrero de 2017 a las 23:34
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 45
- Usuarios favoritos de este poema: Alberto Escobar
Comentarios4
Sencillamente me gustó, mucha fuerza poética tiene.
bhambam
poema con cristales por palabras
Nunca nos bañamos dos veces en el mismo río. Abrazos
Gracias, poetas. Por la visita y sus generosos comentarios. Un abrazo.
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