Vivir es poco, pero cuesta,
levantarse sin lagañas,
con una mueca, aunque sea, poco humana.
cuesta ir sobreviviendo
cuesta el pan, cuesta sudor;
tiempo, sudor y vida.
luego poco a poco y sin salida,
inunda a lleno el estupor.
ya cuando el verdugo y su machete
separaron el tallo del estigma.
en el cenit, sin sombrilla,
con la sombra entre la suela,
pensando en peor secuela
que la del amor a escondidas.
Se va riendo el enjuiciado
desahuciado e iracundo.
Se va perdiendo entre sus lagos
abriendo ojos de difuntos.
muertos ya, sin carne roja
con los parpados en luto.
Cuesta vivir y para qué? ¡cuesta!
aferrarse a este absurdo en consecuencia
es aferrarse al dolor de ser esclavo,
con las manos atadas a la mente
y un dios que latíga, nos odiamos.
nos odiamos todos, con condición
y convicción de que mal hacemos
pudriendole la vida para que le cueste
a aquel que por capricho queremos.
queremos, no mas que basura,
amor? compasión? o sexo?
dinero? fama? o idolatría?
y así muriéndose, sin prisa
se va el consuelo de la existencia
y hasta para trascender a la eternidad
pagamos el pase de salida.
Cuesta...
- Autor: Rial Rodriguez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de febrero de 2017 a las 03:31
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: María C.
Comentarios1
Si cuesta levantarse cada día
afrontar la dura vida, cuesta
pero hay que ser valiente para poder llegar y pagar el pase de salida a la eternidad.
Original y es la primera vez que te leo Rial
Saludos
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