Todavía enhiesta como columna de éter.
Todavía abanderada,
Se desplaza el alma
Sobre la arrugada piel de sus campos.
La inquietud en sus pliegues,
Zozobra en su manto más interno.
Ella sigue adelante,
Queriendo llenar el último de sus espacios.
Con los aromas de los colores…
No las busques, que no existen.
¡No existen!
Pero los vientos del silencio barren
Las advertencias del tramo más sabio.
¿No existen?
Ahora las persigue dentro de sí misma
¡Aquí están! ¡Ya las tengo!
Desde el negro hasta el puro blanco
Desde el rojo hasta el violado
Aquí están, que ya las tengo.
Ilusiones de encanto.
El reloj de la vida no tiene revés.
No existen.
Sigilosos los últimos caminos,
Recogidos en la nube del pensamiento
La chispa de un insignificante rayo
No alcanza a encender el oscuro sosiego
Que ahora te acompaña.
Pues sólo existen dentro de ti.
- Autor: Ezer Cohen ( Offline)
- Publicado: 21 de febrero de 2017 a las 00:08
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 60
- Usuarios favoritos de este poema: Hilos
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.