... y cayó la noche
como su velo sobre mi lecho,
y calló la alondra su trino;
celosa de nuestros murmullos,
el lucero redobló su brillo
sobre las húmedas sábanas,
pretendiendo beber las huellas
de la pasión alocada.
Todo se convirtió en silencio
mientras la luna encantada,
reflejaba asombrada;
dos manos entrelazadas.
... y llegó el crepúsculo, enamorado
de una dulce brisa,
robándose inquieto y cómplice;
nuestros últimos suspiros al alba.
Autor: Jorge Aimar Francese Hardaick
- Argentina - 19-02-2017
Derechos reservados del autor (*)
Blog "MIS PENSAMIENTOS"
http://crisfacu.blogspot.com.ar
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Autor:
Jorge Aimar Francese Hardaick (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 21 de febrero de 2017 a las 21:32
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 57
- Usuarios favoritos de este poema: Peñafuente
Offline)
Comentarios1
Muy grato visitar tus letras. Saludos!
Gracias por tu sentimiento a mis humildes letras estimada poetisa Alyh. Recibe un cálido saludo.
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