LA NOVIA DEL PESCADOR

Ezer Cohen

Hace tres días cedió sus labios al amor.

Con un rubor que subió por su pecho acelerándole el corazón,

Aceptó el enlace de sus dedos con los de él.

La blanca piel de sus mejillas, se tiñó de ilusiones,

Al tiempo que su pecho subía y bajaba en el abrazo

Que prometió cambiar su vida para siempre.

Por vez primera, hoy se acercó a la orilla del mar

Para esperar el regreso de su pescador.

Aun siendo muy joven, ya era dueño de una barca con

Un potente fueraborda.

Fuerte, musculoso, tierno, bromista, extrovertido,

Se hizo dueño del futuro que ella dentro de sus sábanas

Se permitía soñar.

La sonrisa.

Siempre en sus ojos cuando la veían a ella.

Ese fue el rasgo que la impulsó a aceptarle en su pecho

Y a preparar su mente y su cuerpo para otras cosas

Que no se atrevía a averiguar.

Tenía que regresar antes de las once,

Así tenía concertadas las entregas con sus clientes.

Allí en la orilla, a solas con su mar,

Las olas vencidas lamiéndole los descalzos pies.

Esperaba paciente, repasando cuantas ilusiones

Su joven corazón fuera capaz de imaginar.

A pesar de la espera, se le hizo fácil sumergirse

Dentro de ellas, perdiendo la noción del tiempo.

La mirada al frente; los pies clavados en la arena.

Pero la Naturaleza no se estaciona y el sol desplaza

Su sombra sin descanso.

Había gente que se juntaba a su alrededor, sin hablar.

También ocurren cosas que ella no podía entender.

El cielo plácido, de un azul puro e intenso,

¿Por qué estaba lloviendo?

La calma era contagiosa y no se movía el aire ni una brizna,

¿Por qué las olas se agitaban con furia?

El verano estaba en todo su apogeo, y el calor sofocaba,

¿Por qué las gotas que se cuelan por su blusa le producen punzadas de frío mortal?

Pero despertó de su ensimismamiento,

Lo pies hundidos en la arena, la mirada húmeda, fija.

Su sombra se alargaba hasta las cinco.

Muy tarde.

Un cuchicheo a su alrededor le hizo fijarse en el

Cercano horizonte: La barca se acercaba para

Tranquilidad de todos.

Pero el murmullo de las olas quería decir algo distinto.

  • Ya es nuestro para siempre.

Y la barca volvió sola.

  • Autor: Ezer Cohen (Offline Offline)
  • Publicado: 22 de febrero de 2017 a las 00:04
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 72
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.