Campos cataláunicos o el ocaso
de un destino imperial sin sombras.
Hidacio, testigo de la historia,
redimió la misiva de Aecio:
"Y era tu dulce sonrisa el cielo
o un disco rojo en el firmamento.
Y tus castaños cabellos al viento,
en un contorno de azul esperanza.
"Y tus ojos verdes premonitorios,
luceros de un navío naufragado,
mar embravecido de tristeza.
La muerte escandalosa asecha".
- Autor: Milo T ( Offline)
- Publicado: 23 de febrero de 2017 a las 19:26
- Comentario del autor sobre el poema: La batalla de los Campos Cataláunicos significó para algunos historiadores la verdadera primera guerra mundial porque en ellas estaban implicadas gentes de toda Europa. El suceso tuvo lugar promediando el siglo V. Me fue grato jugar a imaginar que Hidacio, cronista de la época, hallaba un manuscrito del general romano que debió enfrentar al temible Atila. Aecio, creyendo que se aproximaba el fin, se despide de su amada.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: Alberto Escobar
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.