Blanca de nieve. Suave el terciopelo.
Mis manos se queman en el frío de tu piel.
Tú arrancas la belleza del oscuro fondo de la piedra.
La forma de tu cuerpo arrastra las miradas de poetas y pintores.
Otros tratan de hundir sus dedos en tu hermosa piel,
Llena de transparencias de colores, soledades, y espectros.
Tu piel crea una ilusión que solamente se desvanece
Cuando la mano, ignorante, intenta llenar su amor con
El frio de tu mármol, la lejanía de tu verdad.
El jardín que te rodea está cerrado,
Las flores que te acompañan están dormidas.
Estás en mi lejanía, sin el mar de campanillas.
Tu silueta se vuelve invencible en la noche,
Nadie puede quedar gallardo frente a tu opacidad.
Tú llenas con una vida ficticia el vacío de la oscuridad.
Me arranco hacia ti y me pierdo en un enredo sin fin.
Luchando sin fatiga entre el deseo y la realidad.
Lloran y suspiran las sombras de lo furtivo,
Cuando se acerca engañoso a tu virginidad.
Muchos se preguntan quién eres.
No siendo nadie, eres el recuerdo de una imagen,
Eres la presencia de una ilusión, el refugio del poeta,
El fruto de una fascinación, la de tu creador.
Has sido creada por un blando corazón.
Unas manos amorosas, despacio, dieron forma a tu cintura.
La misma de la que emana el fulgor que ilumina
La esencia de los hombres que te contemplan.
Tu eternidad es mi salvación.
- Autor: Ezer Cohen ( Offline)
- Publicado: 24 de febrero de 2017 a las 03:10
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 57
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.