TESTAMENTO
El día que yo me muera
que me pongan de mortaja
pétalos de rosas blancas
cubriendo toda la caja.
Así, me acompañara
su fino y sutil aroma
y volaran a mi lado
montones de mariposas.
Y sentiré que no he muerto
solo que estoy en mi casa
sentada junto a mi fuente
viendo como cae el agua.
Escuchando al ruiseñor
en las ramas del naranjo
como le canta a su amada
y ella le va contestando.
Viendo al rosal florecer
al llegar la primavera
Así, ¡nunca moriré!
pues mi alma será eterna.
- Autor: fondaesperanza (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de febrero de 2017 a las 15:13
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 52
- Usuarios favoritos de este poema: Milo T, Inexistente
Comentarios1
Bonitos versos.
Abrazos.
Gracias querida Adriana. Un saludo desde Màlaga...
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