En la soledad de la noche,
me llega al corazón tu cante,
no es para mi ningún reproche,
que cante hondo, con desplante.
Hay voces que nunca mueren,
voces que habitan en el ancho aire,
voces que solo a ti te requieren,
voces que lloran o ríen sin un desaire.
Voces para la ermita,
voces para una taberna,
voces alegres para un bautizo.
Con el alma se canta y no se grita,
canta la niña una nana tierna,
!Ay! madre, bendito sea este hechizo.
- Autor: argantonio ( Offline)
- Publicado: 28 de febrero de 2017 a las 16:08
- Comentario del autor sobre el poema: Cuando una noche vagabundea sin saber adonde ir o que hacer, oyes de repente una guitarra y una vez que traspasa el aire, entonces te paras, porque quieres saber de donde viene esa ceremonia secreta, entras y te encuentras unos hombres que guardan un silencio interrumpido solo por algunas palmas sordas el rasgueo de la guitarra y el quejido antiguo del cantaor, entonces ya puedes decir que conoces una nueva religión.
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 43
- Usuarios favoritos de este poema: tamypaloma
Comentarios1
Gracias por la descripción, un abrazo
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