**-El Capitan de Oropeles - Cuento Corto-**

Zoraya M. Rodríguez

Era alta mar. Un barco con cuatro velas al horizonte. El Capitán Forti, navega hacia alta mar desde ultratumba. Era un Capitán viejo pero con mucha experiencia vasta. Se dirige hacia el norte de sus ojos, al imperio real de los océanos. Lleva consigo mucho oro y los piratas del oriente marcan su territorio con oro. Quieren y persiguen al Capitán Forti por los siete mares del oriente. El Mediterráneo se convierte de granizo a sal total. El Capitán Forti no se imagina lo que le espera. Los piratas del oriente desean más sus riquezas y advierten que sucumbirá el trueno de mayo entre la tormenta que se avecina para ellos poder robar todo el oro del Capitán Forti. Era casi otoño, cuando él decide navegar. Y naufragar que no era el principio de un navegante a flote por alta mar. Sino que sólo era un presagio misterioso entre una predicción y que no era tan real. El Capitán Forti, decide poner en práctica su experiencia de navegante por los océanos. Y deciden emprender su travesía por el incógnito mundo debajo de las algas verdes del océano en oriente. Y vá y vá en su barco, en el timón y con las velas izadas como banderas de su tierra y en la proa una estatua de arena que lo dirige hacia el universo de los mares. En el baúl o cofre de oro, lleva bisutería, ornamentales, floreros, piedras hermosas, mármoles y cuadros y todos hechos con oro y el más caro de la tierra, de sus elementos y de sus estándares en el mercado. Los piratas persiguen una estrategia mágica para que naufrague el Capitán Forti. Es una técnica furtiva, es una táctica funesta, y no legal. Y por supuesto, era una vil patraña en contra el Capitán Forti. El Capitán Forti, toma un atajo para avanzar su ruta ensimismada en llegar pronto hacia el otro extremo de los siete mares en el Mediterráneo. El Capitán Forti, lleva bastante oro para un regimiento de piratas en medio de un trueque clandestino entre otros ornamentales de cuero y madera fina como el ébano. Él, no se percata de la tragedia que ésta por irrumpir su rumbo. No son tiburones ni ballenas asesinas. Son los piratas del oriente. Que poseen una estrategia mágica entre uno de los siete mares que es una isla misteriosa y mágica. Es un misterio clandestino y alucinante. En una fantasmagórica alusión a unos fantasmas de la isla y un desierto. El Capitán Forti, no se imagina lo que esta por suceder. Ofuscado en la llegada hacia la isla de Huya, no se detiene ni en un instante. El Capitán Forti, decide tomar el aire fresco en la proa, y se avecina una idea. Cuando al Capitán Forti, se le ocurre trasladar todo su oro a la isla anterior a Huya. Y traslada todo su oro. El fraile lo recibe, y también el sacerdote de la iglesia. Cuando de su barco hace trasladar todo su oro. Y embarca, otra vez, hacia la isla de Huya. Y no se le concede llevar más que oropeles sin ningún valor. Llega a la isla de Huya. Y se avecina lo inesperado, cuando los piratas del oriente, perpetran lo más vil, -”robar toda la mercancía de oropeles del Capitán Forti”-. Ahora, le llaman el Capitán de Oropeles. Cuando se acerca a la isla de Huya, los piratas del oriente, luchan cuerpo a cuerpo, es una batalla clandestina entre piratas y capitanes, y no logran descifrar el dilema. Se enredan de tú a tú, es como el el invierno en verano, es como el sol con la lluvia, es como el agua al fuego. Se compenetran unos con otros. En una guerra por el oro, por el desenfreno a la riqueza o por el control de la fortuna. El Capitán de Oropeles, se enfrasca a una pelea de cuerpo a cuerpo contra el pirata Rofo. Se cree que el desastre viene en cajas de oro, cuando son oropeles clandestinos. El Capitán Forti, se detiene con su espada, detrás de una caja de oropel, cuando de repente, el pirata Rofo aparece y le hace una herida con su espada en el costado derecho. Y el Capitán de Oropeles, se vá de la vida en un instante de eternidad, de infinito y clandestinaje ensueño. El señor de ultramar se queda con la vida, con la realidad y con el sueño tan verdadero y cierto. Su oro salvado, y su vida desde ultramar. Los piratas del oriente todos murieron a muerte de espada. Y el Capitán de Oropeles quedó y para siempre entre su oro más real y no de oropel.

 

Fin

                                       

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  • Autor: EMYZAG (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 3 de marzo de 2017 a las 00:10
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 16
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