Mis dudas han hecho de mi espíritu un harapo viejo y
detenido en el tiempo.
La vida es de trapo y los hombres lucen de fiesta
sus miserables miedos.
Miro al infinito y solo veo muertos que ascienden sin amor,
las calles están vacías y sus casas aún más vacías,
solo hay perros que ladran desesperados y hambrientos.
El mundo se prepara para la soledad absoluta,
ni tormentas en el cielo opacarán su soledad,
los dioses no tendrán consuelo ni castigos que aplicar.
Y allá en la lejanía de los tiempos moriremos de nuevo,
mis dudas se han convertido en el martirio, en el deshojar melancólico
que no termina en esta vida ni en otra.
¡Abadía! ¡abadía! Refugio de mis memorias insulsas,
de pesares terrenales, de comuniones inconclusas.
No tardara en florecer el jardín del llanto eterno,
la inmaculada pena sobre los pecados.
El invierno ha llegado y solo ha florecido un dolor sin queja,
una multitud deambula por direcciones sin rumbo,
buscando su norte, su paz interior, pero sus fríos
sentimientos están rotos, colmados del vacío eterno.
Moriremos todos y nuestro refugio será una soledad sin memoria,
sin conciencia, será el último viaje hacia nuestros miedos.
- Autor: Alejandro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de marzo de 2017 a las 07:25
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 53
- Usuarios favoritos de este poema: Maria Hodunok.
Comentarios1
El último viaje hacia nuestros miedos.!!!
Frase intensa y muy real.
Pesimismo hay en tus letras Cicerón, mucha tristeza, la vida es demasiado bella, poeta.
Pero tu poema es extraordinario y tiene mucho de realidad.
Un honor leerte, poeta.
Cariños de luz a tu alma.!!!!!
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