Una noche
(Fueron varias)
Me llamaste cariño, con tus ojos brillando;
Me dijiste con la calma de una hoja entre los labios:
“Por muy débil que te sientas
De mi mano nunca te sueltes”.
Ardía en silencio
Mi piel de errores se erizaba
Era una capilla en plena fiesta
Y los gatos al fin cantaban algo de Sadness.
Un orgasmo se estancaba en mi boca
El olor de tu cabello era el vestido del viento
Las velas al fin bailaban a como lo hacíamos nosotros,
Era un puerto de tus años.
Guardé tus gestos
Tus arrugas que más bien eran versos
Los besos que se te remarcaban en la sien
Tu lagrimal de mujer,
A como lo hace el mar con las cenizas de la arena;
En todo el interior de mi historia.
Oía el apresurado viaje de tu sangre
Como si quisiera salir de tu piel e inmiscuirse con la mía
Y formar tantos puentes pueda
Que los nuestros pudieran cruzar
Entre tu sexo y mi sexo.
El rubor con desvelo de tus mejillas
Se hacía más pequeño,
Quedabas quieta y tus cejas querían volar,
Era el atardecer que se copiaba de ti.
Me llamaste cariño y temblabas
Te daba frío la verdad
Y la muerte de un anciano.
Tú que fuiste lluvia,
Una canción que desvistió y encendió altares
Una verdad de corazón y flecha
Un otoño, un abril, setenta y siete años.
Mi hogar las veinticuatro enfermedades.
“No me sueltes
Por muy débil que parezca”.
-JG
Comentarios2
wow, hermoso. Enserio ojala fuera real tu poema.
Me alegra mucho que te haya gustado, agradezco de corazón tu comentario. <3
El erotismo y el deseo conjugados en éste hermoso poema... Ciertamente, el amor no conoce de tiempos ni de espacios si permanecemos tomados de la mano.
Bello, muy bello!
Felicidades.
Ross
Estás en lo correcto, me encanta tu conclusión. Agradezco de corazón tu comentario. ¡Un fuerte abrazo! <3
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